Como es el caso de muchos otros entusiastas de historias relacionadas con la exploración polar, mi aventura personal se inició hace muchos años cuando leí por primera vez un libro sobre la mítica carrera por la conquista del Polo Sur. Aunque ahora mis intereses se centran en un lugar diametralmente opuesto del globo y en un periodo concreto de la historia, hubo un día en el que devoraba aquellos libros que contaban las hazañas de aquellos hombres que sitiaron uno de los puntos geográficos mas inhóspitos e inaccesibles del planeta.
Ha sido Javier Cacho quien a través de su libro, me ha llevado a echar una mirada atrás y recordar toda aquella literatura que ya había engullido años ha. Como ocurre cuando volvemos a ver una de nuestras películas favoritas en la televisión de las que conocemos algunas frases de memoria, he revivido de nuevo la trágica historia de Scott y la también trágica, a su manera, historia de Amundsen. La emoción me sigue embargando cuando comienzo a leer un libro sobre esta expedición. Como un jovenzuelo ingenuo todavía pienso que Scott se va a poder librar de su condena a muerte. Pienso que el final que todos conocemos va a cambiar de algún modo y que esta vez el pobre hombre se las va a arreglar para sobrevivir, pero claro, al final nunca lo hace.
Amundsen-Scott: Duelo en la Antártida Editorial Fórcola |
Con Duelo en la Antártida no solo he revivido esos días en los que me iniciaba en la exploración polar en papel, sino que también he leído algunos detalles sobre ambas expediciones que no conocía y sobre todo y quizás mas importante, he disfrutado muchísimo con su lectura.
Duelo en la Antártida no es un libro, es un torrente turbulento el cual, una vez pones un pie dentro, te arrastra con fuerza a través de sus páginas de manera que ya no puedes parar de leer. Avanzamos a través de sus capítulos con la misma ansiedad con la que Scott y Amundsen avanzaban por el hielo y la nieve para encontrar sus anhelados depósitos de provisiones. Éstos se suceden de forma fluida trenzando suave y ordenadamente las historias de sus diferentes protagonistas de una manera que no había visto hasta ahora. Con su relato, Javier te conduce inexorablemente hacia el Polo Sur transportado por ambas expediciones de forma simultánea de tal manera que llegaremos a leer el Epílogo del libro con la misma curiosidad y emoción con la que los compañeros de Scott llegaron a leer su congelado diario.
Entre sus páginas no he encontrado las reflexiones partidistas que castigan y condenan a uno de los exploradores aquí y vanaglorian y justifican al otro allá. Un impulso al que parecen haber sucumbido otros escritores que han sido seducidos por hipnóticos cantos de sirena y que podemos encontrar en multitud de libros sobre este tema en cuestión.
Después de leer Duelo en la Antártida seguramente, aquellos para los que esta historia no es nueva, no cambiaremos de opinión sobre si seguimos estando del lado de Scott o de Amundsen. Sabemos bien que inevitable y tristemente, las circunstancias que condujeron a estos dos pesos pesados a coincidir en el tiempo y en el espacio en la Antártida para acometer algo que históricamente ha sido considerado como una carrera, hará que estas dos expediciones sean siempre consideradas por el gran público como dos grandes equipos de fútbol antagonistas. Equipos de fútbol a los que solo se puede apoyar despreciando al oponente. A través de las palabras de Javier lo que obtendremos, sin embargo, no son juicios de valor, sino una información objetiva y meticulosa que nos permitirá disponer de las herramientas necesarias sacar nuestras propias conclusiones.
No suelo resistir la tentación de comprar cualquier libro sobre exploraciones polares que aparece ante mis ojos. Resisto menos todavía si los libros han sido escritos por paisanos nuestros, ya que estos ejemplares escasean tanto como las palmeras en la Antártida, pero la tentación que si que no puedo soportar y que me llevó hace un mes y medio a entrar bailando a una librería, como atraído por el sonido de la flauta de Hamelin, es que uno de estos libros haya sido escrito por un veterano científico español que ha pasado largas temporadas en el continente helado.
Duelo en la Antártida es un libro que no puede faltar en tu biblioteca polar, además, que demonios, ¡su formato es de lo mas atractivo!
Duelo en la Antártida no es un libro, es un torrente turbulento el cual, una vez pones un pie dentro, te arrastra con fuerza a través de sus páginas de manera que ya no puedes parar de leer. Avanzamos a través de sus capítulos con la misma ansiedad con la que Scott y Amundsen avanzaban por el hielo y la nieve para encontrar sus anhelados depósitos de provisiones. Éstos se suceden de forma fluida trenzando suave y ordenadamente las historias de sus diferentes protagonistas de una manera que no había visto hasta ahora. Con su relato, Javier te conduce inexorablemente hacia el Polo Sur transportado por ambas expediciones de forma simultánea de tal manera que llegaremos a leer el Epílogo del libro con la misma curiosidad y emoción con la que los compañeros de Scott llegaron a leer su congelado diario.
Entre sus páginas no he encontrado las reflexiones partidistas que castigan y condenan a uno de los exploradores aquí y vanaglorian y justifican al otro allá. Un impulso al que parecen haber sucumbido otros escritores que han sido seducidos por hipnóticos cantos de sirena y que podemos encontrar en multitud de libros sobre este tema en cuestión.
Después de leer Duelo en la Antártida seguramente, aquellos para los que esta historia no es nueva, no cambiaremos de opinión sobre si seguimos estando del lado de Scott o de Amundsen. Sabemos bien que inevitable y tristemente, las circunstancias que condujeron a estos dos pesos pesados a coincidir en el tiempo y en el espacio en la Antártida para acometer algo que históricamente ha sido considerado como una carrera, hará que estas dos expediciones sean siempre consideradas por el gran público como dos grandes equipos de fútbol antagonistas. Equipos de fútbol a los que solo se puede apoyar despreciando al oponente. A través de las palabras de Javier lo que obtendremos, sin embargo, no son juicios de valor, sino una información objetiva y meticulosa que nos permitirá disponer de las herramientas necesarias sacar nuestras propias conclusiones.
No suelo resistir la tentación de comprar cualquier libro sobre exploraciones polares que aparece ante mis ojos. Resisto menos todavía si los libros han sido escritos por paisanos nuestros, ya que estos ejemplares escasean tanto como las palmeras en la Antártida, pero la tentación que si que no puedo soportar y que me llevó hace un mes y medio a entrar bailando a una librería, como atraído por el sonido de la flauta de Hamelin, es que uno de estos libros haya sido escrito por un veterano científico español que ha pasado largas temporadas en el continente helado.
Duelo en la Antártida es un libro que no puede faltar en tu biblioteca polar, además, que demonios, ¡su formato es de lo mas atractivo!