KABLOONAS

KABLOONAS
Burial of John Franklin. Author: me

KABLOONAS

Kabloonas is the way in which the Inuit who live in the north part of Canada call those who haven´t their same ascendency.

The first time i read this word was in the book "Fatal Passage" by Ken McGoogan, when, as the result of the conversations between John Rae and some inuit, and trying to find any evidence of the ill-fated Sir John Franklin Expedition, some of then mentioned that they watched how some kabloonas walked to die in the proximities of the river Great Fish.

I wish to publish this blog to order and share all those anecdotes that I´ve been finding in the arctic literature about arctic expeditions. My interest began more than 15 years ago reading a little book of my brother about north and south pole expeditions. I began reading almost all the bibliography about Antarctic expeditions and the superknown expeditions of Scott, Amundsen, Shackleton, etc. After I was captured by the Nansen, Nobile and Engineer Andree. But the most disturbing thing in that little book, full of pictures, was the two pages dedicated to the last Franklin expedition of the S.XIX, on that moment I thought that given the time on which this and others expeditions happened, few or any additional information could be obtained about it. I couldn´t imagine that after those two pages It would be a huge iceberg full of stories, unresolved misteries, anecdotes, etc. I believe that this iceberg, on the contrary than others, would continue growing instead melting.



jueves, 13 de diciembre de 2018

TRINEOS A VELA Y COMETAS - ¡¡PARECÍAMOS BARCOS!!

Los trineos que han acarreado los exploradores polares durante toda su historia han conocido todo tipo de medios de propulsión, y me estaría refiriendo en este caso a las primeras travesías largas de varias semanas de duración y no a los trineos usados por los nativos que han habitado estas regiones. 

La propulsión humana ha sido quizás la preferida por la gran mayoría de expediciones anteriores al siglo XX. Indudablemente, la menos eficaz,  pero a la par, la más fácil de controlar y menos exigente en cuanto a cualificación técnica a la hora de ponerla en marcha, algo especialmente apreciado por aquellos exploradores improvisados procedentes del mundo militar.  El uso de perros para arrastrar  trineos comenzó a aparecer con timidez en las expediciones hacia el segundo cuarto del siglo XIX hasta llegar a imponerse casi completamente en el siglo XX. Algunas compañías traperas que se ubicaban en el norte de Canadá, como la Hudson Bay Company, los utilizaban en algunos de sus viajes por tierra desde el siglo XVIII. 

Arrastrar un trineo cargado con equipo, armas, tiendas y provisiones para varias semanas por hielo roto o plagado de crestas de presión no debe ser un placer precisamente, como se deduce de muchos de los relatos que cuentan como se desarrollaban este tipo de viajes. No es completamente descabellado pensar que como fueron marineros los primeros en convertirse, a veces forzosamente, en exploradores polares, estos aprovecharían al máximo su experiencia y conocimientos en cada tarea que tuvieron que llevar a cabo en aquel nuevo entorno que empezaban a descubrir. De manera, que no es sorprendente leer en las crónicas de sus viajes que estos usaran velas para impulsar sus pesados trineos durante sus largos y extenuantes viajes, a veces de hasta miles de kilómetros, a través de paisajes helados y nevados.

Quizás uno de los  ejemplos más conocidos de ésta práctica lo tengamos en la expedición  en la que Nansen cruzó Groenlandia durante el verano de 1888. Nansen eligió llevar más trineos pequeños en lugar de menos y más grandes. La razón era que así podrían maniobrar con ellos más fácilmente sin tener que descargarlos continuamente a la hora de superar cualquier obstáculo. Nansen utilizó una técnica curiosa, unía dos o tres de estos pequeños trineos atravesando esquís sobre ellos para atarlos, luego colocaban una vela, que en realidad era el suelo de la tienda, sostenida por un mástil de bambú que los propulsara de forma conjunta. Nansen hace referencia en el relato de su travesía a que esta técnica ya la había utilizado Peary en el inlandis de Groenlandia y augura un incremento de su uso en el futuro. Nansen al parecer, no sabía por entonces que esta técnica ya se había utilizado muchos años antes. En el relato de Peary de su incursión en Groenlandia tampoco he encontrado referencias a usos previos de esta técnica.

Nansen cruzando Groenlandia
Durante aquel viaje se tomaron fotografías que muestran este hecho y que podéis contemplar en la publicación de Interfolio "La Travesía de Groenlandia", que yo sepa las fotografías tomadas en esta expedición no se habían publicado nunca antes.



Aquellas imágenes mostraban a hombres caminando a través de un terreno helado y muy accidentado arrastrando sus trineos, trineos que portaban unas discretas velas cuadradas que parecían tener la misión de ayudarles en aquella ardua tarea. Pero, ¿Fue entonces Peary el ideólogo de este imaginativo mecanismo de propulsión?  Veámoslo...

En marzo de 1853, durante la tercera oleada de expediciones de rescate en busca del desaparecido John Franklin en el Ártico Canadiense, una ingente partida de hombres procedentes de la flota de cinco barcos del comandante Edward Belcher  dirigida por el segundo al mando George N Richards y el capitán Sherard Osborn, y compuesta por nada menos que ocho trineos y unos sesenta hombres, partió de sus cuarteles de invierno en un intento por localizar a sus perdidos compatriotas. Su misión era construir grandes mojones de piedra donde depositar botes, provisiones y mensajes que indicaran a los posibles supervivientes la posición de los barcos de rescate. Aquellos viajes podían durar semanas y en el transcurso de ellos se recorrían distancias que podían superar fácilmente el millar de kilómetros. 

Los marineros dotaron a sus trineos con improvisadas velas fabricadas con los suelos de las tiendas que acarreaban para dormir. La superficie que formaba el rectángulo de 3,5 x 2,7 m tenía la misión de propulsar los pesados trineos para así aliviar algo la pesada carga que debían transportar los hombres. 

De la publicación: The last of the Arctic Voyages

Belcher  describió aquel "invento" en el libro "El último de los viajes árticos" como sigue:

"Nuestra embarcación estaba aparejada al más puro estilo pirata, mástiles inclinados unidos a un  listón especialmente diseñado con el que se formaba un triangulo isósceles, sostenidos por obenques en sus extremos a unos 60 centímetros más allá del ancho del trineo, el cual se había incrementado para poder acarrear el bote. El suelo de la tienda formaba una vela perfecta. ¡Parecíamos barcos!." 

Los preparativos de aquel viaje debieron de ser dignos de ver. Imaginaros a sesenta hombres trabajando sobre el hielo bajo el intenso frío de la primavera Ártica con excitación cargando y aparejando los ocho trineos que iban a conformar la expedición de búsqueda. Debió ser sin duda un espectáculo  impresionante para cualquier observador.

Partida de los trineos en busca de John Franklin

Edward Belcher, que acompañó al grupo durante los primeros kilómetros de su viaje, describió la escena en la narración de su viaje como sigue:

"Estaba contento de poder partir con ellos y poder acompañar a la pequeña flota hasta el extremo exterior de la bahía, donde nos separamos deseándoles buena suerte. Según se alejaban y aumentaba la distancia entre los grupos, se asemejaban más a una pequeña flota pirata, no había dos aparejos con la misma apariencia  y, como naturalmente cabía esperar, al principio hubo muchos fallos y roturas en las vergas antes de salieran de la zona del hielo más accidentado."

El sistema funcionó razonablemente bien, los hombres podían correr al lado del trineo sin tener que tirar de el, algunas veces iba tan bien que la velocidad creciente provocaba pequeños accidentes como el que el propio Belcher protagonizó y que con su usual tono ligero y sarcástico lo describió de esta manera:

"Partimos con una suave brisa, a toda vela, yendo a un placentero trote al lado del trineo, hasta que llegamos al hielo roto. La velocidad del trineo aumentó debido al repentino aumento del viento al pasar el cabo Sicic, hasta que tropezó haciendo que los hombres lo tuvieran que soltar quedando atrás. Yo estaba montado en el trineo y me bajé a tiempo para evitar las consecuencias del vuelco que provocó su choque con una ola de hielo. Escapamos tan solo con una verga dañada, la reemplazamos y continuamos cautamente. Otra vez nuestra maquinaria salió disparada, de nuevo los hombres la dejaron escapar. Yo estaba encaramado como lastre, junto con una larga caja donde guardábamos las escopetas. Como si mi cuello estuviese destinado a estar continuamente en peligro, experimenté un suave salto mortal, describiendo un radio de unos cuatro pies, no obstante, yo escapé con ligeros daños y el trineo acabó tumbado del lado de babor permitiendo a nuestra tripulación alcanzarlo. Redujimos ahora la vela hasta que salimos de este océano helado, y finalmente plantamos la tienda para pasar la noche en una buena playa de grava"


Comandante Belcher volando por los aires
Comparto todas las ilustraciones que he podido encontrar sobre este viaje para poder hacernos una idea de como eran aquellos ingeniosos sistemas.





Pero incluso antes de que la expedición de Belcher empezara a usar velas en sus trineos, años antes, durante la segunda oleada de rescate en pos de Franklin enviada en 1850, McClintock, que era parte del equipo del comandante Horatio Austin que también comandaba una flotilla de cuatro barcos, usó cometas proporcionadas por un tal Benjamin Smith como fuerza tractora a añadir a las velas que propulsaban a los trineos a la manera que anteriormente se ha descrito.

Las siguientes imágenes representan de forma muy clara como se usaron estos sistemas durante aquella expedición. Fueron pintadas por el Almirante William Smith y están presentes el formidable libro "El destino deFranklin" de Roderick Owen.




Los dibujos son impresionantes y muestran algunos curiosos detalles que dan cierto realismo a la escena, como por ejemplo que la bandera ondea en la dirección apropiada. Sherard Osborn, que también participó en esta misión de rescate  describió en su libro "Stray leaves from an arctic journal" estos nuevos dispositivos como sigue, aunque juzgando por sus palabras, la experiencia al parecer no fue de lo más placentera:

"Cometas, que el amable Mr Benjamin Smith nos había suministrado como, ambos, fuerza tractora para ayudarnos a la hora de arrastrar los trineos, así como medio para comunicarnos entre las diferentes partidas, suscitaron mucho interés, y el éxito de nuestros experimentos en utilizarlas para arrastrar pesos fue tan grande, que todas las que pude suministrar a los hombres demostraron ser de mucha utilidad para los viajeros. La experiencia, sin embargo, nos enseñó como de imposible era manejarlas con viento fuerte, sin el cual eran un peso muerto, y en tiempo severo había hasta cierto peligro, al manejar o enrollar las cuerdas, por exposición de las manos a congelaciones."

























Pero ¿que pasa si escarbamos  un poco más en la historia de la expedición polar?, encontramos por ejemplo que es muy posible que Thomas Simpson, durante su exitosa exploración en el pasaje del Noroeste junto con Warren Dease realizada entre los años 1836-39, también utilizó velas en sus trineos. La siguiente imagen que supuestamente corresponde a esa expedición, aunque hay algunas discrepancias entre esta y la realidad, como por ejemplo, que la expedición la componían doce hombres y tres trineos y no dieciséis y dos trineos como muestra la imagen. La mención explícita a este hecho la podemos encontrar en el libro "The Life and Travels of Thomas Simpson"donde dice que resultaron de gran ayuda.


Pero las velas no solo se usaban en los trineos. Cuando Parry, en su intento de atravesar el pasaje del noroeste de 1819-20, organizó un viaje por tierra desde el lugar donde se encontraban invernando sus barcos el Hecla y Griper para explorar la parte norte de la isla Melville. Usó un carro equipado con ruedas para llevar su equipo, provisiones y tiendas. ¿Porqué un carro en lugar de un trineo en un terreno que a aquellas alturas del año estaba casi completamente cubierto de nieve? supongo que la respuesta la podemos encontrar en su falta de experiencia, al fin y al cabo, era el primer invierno en el Ártico. Los hombres también transportaban mochilas a su espalda de entre 12 y 14 kilos de peso cada una. Parry describe lo que sus hombres hicieron como sigue:

"La brisa se transformó en  temporal, al rato, los hombres, como si se hubiesen decidido a no olvidar que eran marineros, dispusieron una gran manta sobre el carro a modo de vela, que en el actual terreno llano en el que nos encontrábamos, resultó ser de gran ayuda. 
.../...
Los hombres habían colocado una única vela sobre el carro al principio, pero cuando el viento cambió al lado de babor, los hombres dispusieron una segunda manta fue izada como vela mayor para gran diversión de todos así como para su descanso."

En una ocasión anterior durante aquella misma expedición aquellos mismos hombres, mientras excavaban un canal en el hielo para abrir paso a sus barcos, usaron también velas para impulsar los trozos de hielo que se iban retirando de la abertura realizada. La imaginación no era algo que escaseara entre la aburridas tripulaciones de los barcos de exploración de la época...

Abriendo paso a los buques HMS Hecla y Griper durante la primera expedición de Parry en búsqueda del paso del noroeste 1819-20
Pero es lógico suponer que el uso de este tipo de sistema de propulsión no fuera exclusivo del ártico Canadiense. He podido encontrar, haciendo una rápida búsqueda en Internet, algunos grabados que muestran diferentes sistemas de impulsión a vela utilizados en otros lugares del mundo, aunque el concepto es esencialmente el mismo. Las ejemplos que he encontrado corresponden a Siberia y a Holanda:

Trineos Siberianos

Trineos navegando a vela en Amsterdam
Si viajamos en el tiempo, esta vez hacia la época actual, vemos que los mineros del Klondike en Alaska usaban también velas cuando transportaban sus botes y equipo sobre lagos y ríos.



Y finalmente, terminando nuestro viaje en el tiempo aterrizando por fin en nuestra época, no podemos por menos que quedarmos anodadados cuando contemplamos como ésta, aparentemente, ancestral técnica ha evolucionado maravillosamente a un grado extremo a manos de un compatriota nuestro.

Es un español quien ha hecho evolucionar el concepto de usar el viento como sistema de propulsión  de apoyo para un trineo y lo ha convertido en el único y vital medio de transporte. Lo ha hecho de tal manera que parece algo sacado de una película de ciencia ficción. Su sistema no solamente sirve para el propósito de acarrear provisiones, ropas, equipo y demás, como anteriormente se hacía, sino también para transportar a los propios exploradores confortablemente sentados en el trineo mientras lo pilotan sin tener que trotar a su lado. Las tiendas ya no se usan a modo de vela como Nansen y otros hicieron, sino que están montadas sobre el trineo de manera que algunos de los expedicionarios pueden dormir mientras que otros lo manejan y continúan la ruta. Hablo por supuesto del explorador español  Ramon Larramendi, pionero en el uso de esta maravilla de la ciencia, estado del arte de los trineos a vela. Algo a lo que el llama "El trineo de viento", y que le ha permitido incluso alcanzar el Polo Sur cabalgando en él.



3 comentarios:

  1. It would be an interesting calculation to find out how many pounds of weight that fifty square feet of sail could propell in a ten mph breeze. If the sled weighed too much, the progress would be slow.

    McClintock estimated the weight of the boat found in 1859 at the Boat Place to be hundreds of pounds in weight. that boat did not have sails to assist in movement.

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    1. Is different talk about sails or kites, as far kites are more powerfull. How many pounds by feet depends on severals. Type of kite, surface of kite and resistance of sled.

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  2. Soloman, maybe there weren´t sails in the boat which McClintock found because the crews could have been using the bottom of their tents as other explorers did before but it is reasonable to assume that they could have made the most of the use of the sails to carry the boats over the ice since they already had their own masts and rigging...even though that meant they had to carry some extra dead weight for some time. The presence of sails and rigging in the boats would have ben an interesting clue about the actual intentions of the retreating men...if they really planned to make an overland journey via Back´s river, as it has been always believed, or if they just wanted to stop temporarily for hunting and continue sailing after northwards...

    I wonder if Crozier was familiar with the use of sails for propelling sledges.

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